El Dia Que Se Perdio La Cordura No Entiendo El Final

La sencillez de lectura de este libro es adecuada a a linealidad simplona con la que está escrito. Diálogos cortos, de frases sencillos y multitud de capítulos que hacen que el libro se corte y nos deje paginas y paginas en blanco. Simplemente por ver donde conduce semejante trama demencial, sin pies ni cabeza.

Está escrito de manera que cada capítulo está contado desde la perspectiva de diferentes personajes en distintos instantes temporales, que confluyen en un final que no es así o sí. Argg, el creador ha conseguido dejarme tan confusa que aún estoy rumiando la historia, tratando comprenderlo y sin lograrlo. Pues yo releí este diálogo por si debía acordarme de algo en el futuro del razonamiento, no sé, que el taxista es un asesino, o el padre y la madre se volverán locos al ver la pequeña imprudente que les ha tocado en suerte. Ninguna pequeña de 7 años le afirma eso a su padre, más que nada tras algo que comenta un irreconocible y que no posee felicidad. En verdad, ningún taxista gasta ese tipo de “broma”.

“el Día Que Se Perdió El Cariño”, De Javier Castillo

Cuando el doctor Jenkins entrevista a El Decapitador, éste prosigue sin hablar, tal es así que el doctor Jenkins lo amenaza con aplicarle descargas eléctricas si no coopera. Para sorpresa de todos, la estrategia funciona y El Decapitador le afirma al doctor que siente lo de su hija. Amanda y su padre finalmente van a comprar vino y el ligado se queda absorto con Amanda mientras que les atiende. Este dependiente charla animadamente con Steven, el padre de Amanda, pero no le presta atención realmente por el hecho de que no deja de ver fijamente a su hija. Volvemos a Salt Lake, esta vez el 14 de junio de 1996. Amanda estaba sola en el vehículo familiar y no podía dejar de pensar en la nota.

Pues en cierta manera no pasaría nada; esto es, hay cosas que no llegas a entender pero casi son mínimas, porque los dos libros son muy parecidos entre sí y, para los mucho más avispados, puede terminar siendo predecible. Después de esto, es bien difícil que le de otra ocasión a Javier Castillo, por el hecho de que miro que tiene una secuela y otra novela nueva, pero pienso que lo dejaré pasar. Por mentirle a sus personajes, llevándoles la contraria impidiendo que fluyan, y más que nada, por no ponerse al servicio de la historia dejando que ella dicte las normas. Cogí esta historia con muchas ganas y finalmente me ha decepcionado. Posiblemente sus 2 últimos libros sea mejores pero si algún día me animo a leerlos, recurriré a la biblioteca. Me gustaría que alguien me argumentara que la novela es buena.

Mientras Steven Maslow, el padre de Amanda, viaja hacia Quebec para ejecutar a otra joven,Jacob hace aparición desvisto, lleno de sangre y con la cabeza de una muchacha en la mano. Ingresado de forma rápida en el centro psiquiátrico para valorarlo, además del psiquiatra acude Stella Hyden, una experto en perfiles criminológicos del FBI. Es atrayente, la narración en diferentes periodos, aunque te hace concentrarte mucho más. La trama está bien planteada, con buenos giros que te engancha y hacen leer más hojas, de capítulos cortos, mucho dialogo, lectura sencilla y rápida, aunque repetitiva. A cada inconveniente da una solución, si bien frecuentemente inverosímil, o por continuas casualidades rocambolescas, poco creíbles. No obstante, más allá de que cumple con todos y cada uno de los elementos para convertirse en un éxito del misterio, El día que se perdió la cordura falla un poco en su ejecución.

Quizás, a mi parecer, la palabra que mejor pudiera definir mejor a la novela es “tensión”. Javier Castillo la crea a escenarios altos y no deja que degenere hasta el last. Por momentos, la narración, alarmante y turbadora, pudiese parecer descabellada, demencial o rozando la fantasía. FanFan tiene dentro toda esta época en entretenimiento, música, juegos para videoconsolas, cine y televisión. Te damos las últimas noticias para que consigas disfrutar de todas las novedades. Más allá de que los agentes policiales se negaban a continuar buscando, allí estaban los Templenton y Miren, había una exclusiva pista, un nuevo hilo de dónde tirar y ninguno de los tres se rendiría hasta encontrarla.

Reseña De El Día Que Se Perdió La Cordura

A pesar de todo esto, proseguiré con la serie de libros del autor, tengo curiosidad por cómo evoluciona. Si bien El día que se perdió el cariño se puede leer sin haber leído el primero, sí hay ciertos matices que se pierden si lo haces de esta manera. Los individuos se desarrollan en el primer libro, así que cuando los lees, están como incompletos. No obstante, también es verdad que el creador lo que hace con este libro es casi una «copia» (de lo que te vamos a hablar a continuación).

el dia que se perdio la cordura no entiendo el final

También le da el informe de El Decapitador a la agente a fin de que se documente sobre la investigación preliminar. Un par de días después, como en los interrogatorios no alcanzan que el hombre confiese nada, la policía lo envía a un centro psiquiátrico para que la evaluación psicológica ayude en el caso. El hombre sigue relajado, sentado en la obscuridad, y no dice absolutamente nada, no pide comida o agua.

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El doctor Jenkins había hablado con su personal antes de ir a buscar a El Decapitador, incidiendo en los peligros de charlar con la prensa sobre la situacion, e hizo énfasis en que no podían admitir sobornos porque eso afectaría mucho al centro y les saldría carísimo. El día que se perdió la cordura ya había sido un éxito en formato digital. Dicho éxito fue lo que ayudó a esta novela a dar el salto en papel. Hoy, Javier Castillo se convirtió en un creador reconocido, con la capacidad de mantener a sus leyentes enfrascados por varias horas en thrillers con giros inesperados. Es un libro que engancha bastante por el hecho de que es rápido de leer, la iniciativa en sí es buena y la forma de desarrollarla es bastante buena, 4 individuos distintos que van desarrollando sus historias hasta el momento en que todas convergen todas en un mismo momento y mismo rincón. Hasta aquí todo lo positivo; en cuanto a lo negativo según avanza la trama va flaqueando gracias a lo surrealista que es, los diálogos son bastante simples y la resolución final es un poco simplona después de toda la historia.

Una familia desestructurada y evocaciones a esta, pero solo comunicación con la mujer, convirtiendo en prácticamente invisible a la hija pequeña, Carla. De Amanda sabemos que se la llevaron pero de Carla no entendemos nada -hasta el desenlace-. En lo que se refiere a la protagonista,Amanda, entendemos que es raptada y las únicas pistas son un papel con su nombre y la fecha en que va a deber fallecer y un extraño asterisco que parece ser la firma de quien está haciendo todo esto.

O es posible que haya leído una joya, una exclusiva forma de llevar a cabo literatura y no haya sabido entenderla. A comprender, una señora empieza a soñar con nombres de chicas y fechas de nacimiento y considera —o lo ve en el sueño— que dichas mujeres son deplorables para el mundo, así que si queremos continuar viviendo en él hay que sacrificarlas. Como son de diversas partes del planeta, enseguida se hace (la vidente onírica) con una red de hombres fuertes y fieles que, por la fe que depositan en esta supermujer, buscan, raptan y cortan la cabeza de aquella desgraciada cuyo número ha salido en la lotería surrealista. Todo ello, como es natural siguiendo un ritual al más propio estilo del Ku Klux Klan. En resumen, que esta ida no lo está tanto desde que ve que sale el nombre y la fecha de nacimiento de su hija en el sueño, así que hipnotiza a su marido, doctor en psicología, a fin de que cambie a su hija por otra chavala. Además recluta al padre de esta víctima, para que esté a su servicio durante diecisiete años en lugar de devolvérsela una vez pase dicho tiempo, no sé muy bien por qué razón, creo que era una mentira.

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Está con Steven, quien está preocupado por su hija y, sumido por el miedo al no comprender de su paradero, tiene un fatídico accidente en el que atropella a su hija menor, Carla, y la deja en coma. Para mayor desgracia, la niña desaparece del hospital. Jacob descubrió que existía un conjunto de fanáticos que asesinaba personas siguiendo lo que dictaban los sueños de Laura, pues todos estaban convencidos de que así evitarían la desaparición de muchas más personas. Laura despertaba de sus pesadillas y escribía el nombre de su próxima víctima, a la cual vigilaban de cerca hasta localizar el instante de matarla sin que nadie interviniera, en un ciclo de disparidad sin fin. En el momento en que Amanda halló el papel con su nombre, no se imaginaba que lo que tenía entre manos era una sentencia de muerte. Esa nota desencadenó una secuencia de hechos y persecuciones que tuvieron un trágico final.